por Javier OTK
Durante siglos, los mexicanos se han aferrado a sus muertos; no los dejan descansar en paz, les hacen altares para seducirlos con sus comidas favoritas y les rezan para que vuelvan. Pero los muertos ya están hartos; nada encuentran atractivo en este lado de la vida que está más muerta que donde ellos viven su muerte.
Mira que te lo digo yo, que ya muero en este lado como si viviera en el otro.
Mira que te lo digo yo, que ya muero en este lado como si viviera en el otro.