por Javier Oteka
Del 24 de septiembre al 28 de octubre de 2012, con cargo a los tiempos oficiales asignados a la Secretaría de Educación Pública, entonces a cargo del doctor José Ángel Córdova Villalobos, se transmitió a nivel nacional una campaña testimonial en radio y televisión que tuvo como propósito enaltecer el orgullo por supuestos logros del infausto sexenio del presidente Felipe Calderón. Uno de los spots que se transmitieron fue el denominado “Orgullo Michel Franco”, con duración de 30 segundos: http://www.youtube.com/watch?v=XhWN32Nrxu0
En dicho spot, el joven director de cine, ubicado al centro de un foro a media filmación, y con una leyenda sobrepuesta en la parte inferior de la pantalla que dice: “Michel Franco. Mexicano. Cineasta ganador en el Festival de Cannes 2012”, se dirige a cámara hablando:
“Dirigir una película es imaginar un mundo… sentirlo. Con México pasa lo mismo, cuando lo sientes te das cuenta que no es un mexicano el que ganó un premio. Lo gana el país entero… Ya conseguí uno de mis mayores sueños: poner en alto el nombre de mi país”.
Y enseguida la voz de un locutor remata: “En el gobierno del Presidente de la República, se apoyó al cine como nunca antes. En el México de hoy hay motivos para estar orgullosos. Conaculta, Gobierno Federal”.
Las imágenes concluyen con los logotipos institucionales del gobierno de Calderón: el de “Vivir mejor” y el de “Conaculta–Gobierno Federal”.
Este spot se transmitía hasta el cansancio, mientras en el país se elevaba a más de 70,000 la cifra oficial de muertos a causa de la guerra de Calderón, crecía insospechadamente el narcotráfico y la inseguridad, disminuía el turismo, se incrementaba el desempleo, la pobreza y la miseria… y, en el tema del cine mexicano, su cuota de mercado en las salas de nuestro propio país no llegaba ni al 5%, en tanto que el cine estadounidense atacaba las pantallas mexicanas con un 90% de ocupación. ¡Ése era realmente el sexenio del cine!, tal y como Consuelo Sáizar, presidenta del Conaculta, se entercó en hacerle llamar.
Hoy contamos con un nuevo hecho que nos permite comparar, con datos duros, el tamaño de ese logro tan cacareado. Resulta que la película mexicana “Nosotros los Nobles”, de mediana calidad, que no contó con el apoyo de los fideicomisos públicos que administra el Estado a través del Imcine [pero sí contó con el EFICINE, estimulo fiscal del Art. 226/189], en sus primeras 13 semanas logró una asistencia de 7,050,474 personas, en tanto que la suma de las 102 películas mexicanas que se exhibieron durante todo el 2012, incluyendo 67 estrenos, apenas lograron 10,923,000 personas.
Esto significa que lo logrado por una sola película mexicana que no contó con el apoyo de los fideicomisos del Estado [aunque sí con el estímulo fiscal de Eficine], alcanzó casi 67 veces lo logrado en promedio por cada película que sí apoyó el Estado con toda su parafernalia burocrática y el despilfarro de sus recursos. Alrededor de 4,000 millones de pesos gastó el “sexenio de Calderón” en producir películas que, en su inmensa mayoría, no tuvieron publicidad y por tanto no fueron exhibidas o duraron poquísimo en cartelera. Y, por si fuera poca cosa la corrupción, se calcula que por lo menos el 10% de esa cifra, es decir, 400 millones de pesos, terminaron donde no debían. Y las demandas, siguen su curso con inaudito tortuguismo.
Esto significa que lo logrado por una sola película mexicana que no contó con el apoyo de los fideicomisos del Estado [aunque sí con el estímulo fiscal de Eficine], alcanzó casi 67 veces lo logrado en promedio por cada película que sí apoyó el Estado con toda su parafernalia burocrática y el despilfarro de sus recursos. Alrededor de 4,000 millones de pesos gastó el “sexenio de Calderón” en producir películas que, en su inmensa mayoría, no tuvieron publicidad y por tanto no fueron exhibidas o duraron poquísimo en cartelera. Y, por si fuera poca cosa la corrupción, se calcula que por lo menos el 10% de esa cifra, es decir, 400 millones de pesos, terminaron donde no debían. Y las demandas, siguen su curso con inaudito tortuguismo.
Es así que, mientras la inmensa mayoría de las películas mexicanas siguen estando condenadas a no llegarle al público, podemos comparar dos hechos insólitos ocurridos en estos últimos meses: Por un lado, el cineasta Gary Alazraki, con su ópera prima “Nosotros los Nobles”, arrasó con las paupérrimas estadísticas y logró, sin el apoyo de Fidecine ni de Foprocine, el primer lugar en asistencia de toda la historia del nuevo cine nacional. Y, por otro lado, el segundo largometraje dirigido por el joven Michel Franco, “Después de Lucía”, lo hizo recibir, merecida o inmerecidamente, uno de los tantos premios que se dan en Cannes y que el gobierno de Calderón aprovechó para cacarearlo tanto, que sólo logró el efecto contrario a lo que se propuso. La mayoría terminó odiando al novel cineasta vendido a, y por, coludidos intereses públicos y privados.
Veamos en qué medios, cuántas veces y cómo se transmitió el spot de 30 segundos titulado “Orgullo Michel Franco”, a fin de llegar a un estimado de lo que esa campaña tan voluminosa, si no hubiese sido cargada a los tiempos oficiales, tanto del Estado como fiscales, le hubiese costado a aquel y a sus socios difundir.
Antes debo resumir, con propósitos metodológicos, que debido a que la información pública es custodiada con enorme celo o temor por la burocracia organizada, tuve que recurrir al IFAI para hacer las respectivas solicitudes de información; pero, al negármela en una primera instancia, tuve que interponer los diversos recursos de revisión que fueron necesarios. Pues bien, durante el sexenio de Calderón, tanto la Oficina de la Presidencia de la República, como la Secretaría de Gobernación, de Educación y, por supuesto Conaculta, me respondieron que, o no existía dicha información, o había sido clasificada como reservada.
Al terminar el anterior sexenio, insistí ante las nuevas autoridades hasta que finalmente el IFAI, atendiendo la recomendación de las nuevas autoridades encargadas de la Oficina de la Presidencia de la República, se atrevió a instruir a la Secretaría de Gobernación para que me propocionara, a través de la Dirección General de Radio, Televisión y Cinematografía (RTC), la información que les solicitaba. RTC me envió copia digital del oficio número DG/3970/2013 del 18 de junio de 2013, en donde el Director General de RTC, Lic. Andrés Chao Eberegenyi, instruye al Director Jurídico y Operativo de la Unidad de Enlace para que me den las facilidades necesarias a fin de investigar “in situ” las pautas de medios con los datos requeridos.
Después de echarme un clavado al cerebro informático de RTC, y de obtener copias autorizadas con la información clave, pude elaborar -entre otras- la siguiente tabla resumen:
En síntesis, y para no atiborrarlos con datos, la campaña “Orgullo Michel Franco” fue pautada para lograr en radio, a nivel nacional, con cargo a tiempos del Estado, la cantidad de 1,747,200 impactos de 30 segundos cada uno, lo que equivale a una transmisión total de 485 horas con 20 minutos a través de 1,560 estaciones de radio. En RTC, esa campaña se maneja con la clave RDF-09220-SEP.
A nivel de televisión, la campaña con clave de RTC número TVF-047-2012, se pautó para transmitir, con cargo a tiempos de Estado, la cantidad de 4,101 impactos de 30 segundos cada uno, que en total equivalen a 34 horas 10 minutos y 30 segundos de transmisión televisiva a nivel nacional.
Y más impresionante aún, es lo que dicha campaña representó en cuanto al aprovechamiento de las televisoras para efectos fiscales. Con cargo a esa clase de tiempos fiscales, se pautaron además 31,698 impactos que equivalen a una transmisión de 264 horas 9 minutos y 30 segundos.
Sabemos que, en caso de haber sido una campaña pagada por los productores y distribuidores, las tarifas comerciales hubieran sido tasadas a precios variables dependiendo de los horarios, canales, cantidad de repetidoras, rating, etc.
[Mientras que esto ocurría, el único fondo del Estado creado entonces para apoyar la promoción y distribución de películas mexicanas, el EPRO-Cine, asignaba únicamente 80 millones de pesos para repartirse entre 60 proyectos; es decir, un promedio de $1,333,333 por película].
En el caso de los tiempos fiscales, a Televisa, TV Azteca y demás canales y repetidoras, la transmisión de esta campaña les generó un enorme beneficio, pues con ello pudieron pagar en especie una parte considerable de sus impuestos, en vez de tener que pagarlos con efectivo.
¿Es justo que los recursos públicos se despilfarren así para enaltecer la imagen de personas físicas y de grupos privados de poder?
Y, por si fuera poco, entre los principales distribuidores de “Después de Lucía”, película de Michel Franco, figura nada menos que Videocine, empresa de Televisa dedicada a este medio. Es justamente un caso que ambiguamente prohíben las reglas de operación del Eficine, cuando se refieren al beneficio que no deberían obtener partes relacionadas en un mismo proyecto.
EN LOS TÍTULOS FINALES DE LA PELÍCULA "DESPUÉS DE LUCÍA", JUNTO A LOS CRÉDITOS DE LOS PRODUCTORES, APARECE ESTA LEYENDA. ¡MÁS CLARA NI EL AGUA! |
Mi hipótesis es que el dúo dinámico de Consuelo Sáizar y Marina Stavenhagen, aprovechando sus relaciones con la burocracia francesa que, por cierto, terminó galardonando a la exdirectora del Imcine por impulsar el cine de Francia en México, cosa que no supo hacer con el propio cine mexicano, aceitaron la maquinaria que permitió lograr esos y otros premios en Cannes. Por todos es sabido que en el país galo campean maestros en el arte del “pickpocketing”. Y si no lo creen, consíganse a un médium y pregúntenle al fantasma del maestro Bresson.
Es recomendable y urgente terminar de obtener dichas pruebas y también aquellas que aportarían más evidencias de la colusión de esos intereses privados y públicos, a nivel internacional. Es casi nula la información de lo que producen las películas mexicanas en el extranjero. El Imcine sigue haciéndose de la vista gorda con las cifras de los beneficios en el extranjero. Me gustaría saber más de qué tanto siguen o no engordándose sus bolsillos. Habría que echarse un clavado al océano para poder observar a fondo a ciertos tiburones, a sus rémoras y, sobre todo, a una cierta mantarraya que la dejan moverse como pez en el agua.
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Post Scriptum - 1 (29-julio-2013)
Alexis Fridman, uno de los socios de los hermanos Rovzar en Lemon Films, me envió la lista de Eficine donde aparece "La Familia Florentino", con 20 millones asignados en el 2011, y que -según él- así era el título de Nosotros los Nobles.
En caso de ser así, los apoyos del Estado a la familia feliz productora y distribuidora de "Después de Lucía", siguen siendo altamente cuestionables.
Parecería que, así, una de las facetas de este asunto, es una competencia que se habría librado entre la Televisa que apoyó a "Después de Lucía", y la TV AZTECA que, con Alazraki, apoyó a "Nosotros los Nobles".
Post Scriptum - 2 (2-agosto-2013)
APOYADO POR EL IMCINE Y LA FUNCIÓN PÚBLICA, EL CINEASTA MICHEL FRANCO ECHA LA CULPA DE LA CORRUPCIÓN A LA CIUDADANÍA
Michel Franco, el director cinematográfico que con su imagen avaló los logros del sexenio del presidente Calderón, y a cambio recibió junto con sus coproductores y distribuidores, escandalosos apoyos del gobierno, cuando era más jovencito, también se sumó a la denuncia oficialista en contra de la corrupción. Este es el cortito que con recursos públicos le apoyaron el Imcine y la Secretaría de la Función Pública, y cuyo propósito es echarle a la ciudadanía la culpa de la corrupción.
Michel Franco, el director cinematográfico que con su imagen avaló los logros del sexenio del presidente Calderón, y a cambio recibió junto con sus coproductores y distribuidores, escandalosos apoyos del gobierno, cuando era más jovencito, también se sumó a la denuncia oficialista en contra de la corrupción. Este es el cortito que con recursos públicos le apoyaron el Imcine y la Secretaría de la Función Pública, y cuyo propósito es echarle a la ciudadanía la culpa de la corrupción.