por Javier OTK
A doña Laura Chinchilla
primera mujer presidenta de Costa Rica
Si logramos evitar que nos atrape la ideología de los conflictos, y en particular la que asegura que existe una oposición irreconciliable entre lo real y lo simbólico, podríamos situar la cruzada por la defensa del idioma justo en la frontera de ambas dimensiones o, mejor todavía, con un batallón en una y otro en la otra.
La defensa del idioma de Cervantes, hoy, algunos podrían verla como aquella batalla del ingenioso don Quijote contra los molinos de viento, o gigantes malignos. Otros, quizá a partir del referente de Shakespeare que, con sangre, ha permeado nuestra cultura a partir de la anglosajona, abarcando hasta las manifestaciones cinematográficas más actuales, podrían verla como la lucha de una comunidad sencilla pero evolucionada que debe defenderse, hasta con las “uñas”, del Imperio y sus avatares…
Nada menos ficticio que una batalla por el rescate de las redes neuronales y del lenguaje, que parece circunscrita a un ámbito en apariencia tan apartado de la realidad, debido a su liga con la imaginería y las representaciones virtuales del ciberespacio. Nada menos ficticio que una guerra, ya no como las que se libran con armas de fuego por el rescate de territorios geográficos, sino por la intangible y aparentemente irreal dimensión de la cultura que nos pertenece y que hoy, se halla en gravísimo peligro de ser hibridizada, banalizada, manchada por el Espanglish y, como siguiente paso, aniquilada por el English…
Mientras que los Estados conquistan o defienden hasta con las armas lo que ven “real”, por ejemplo sus derechos, los gobiernos y los ciudadanos no logran salir de su miopía que les impide ver la realidad, nada ficticia, que representa la derrota de su idioma.
primera mujer presidenta de Costa Rica
Si logramos evitar que nos atrape la ideología de los conflictos, y en particular la que asegura que existe una oposición irreconciliable entre lo real y lo simbólico, podríamos situar la cruzada por la defensa del idioma justo en la frontera de ambas dimensiones o, mejor todavía, con un batallón en una y otro en la otra.
La defensa del idioma de Cervantes, hoy, algunos podrían verla como aquella batalla del ingenioso don Quijote contra los molinos de viento, o gigantes malignos. Otros, quizá a partir del referente de Shakespeare que, con sangre, ha permeado nuestra cultura a partir de la anglosajona, abarcando hasta las manifestaciones cinematográficas más actuales, podrían verla como la lucha de una comunidad sencilla pero evolucionada que debe defenderse, hasta con las “uñas”, del Imperio y sus avatares…
Nada menos ficticio que una batalla por el rescate de las redes neuronales y del lenguaje, que parece circunscrita a un ámbito en apariencia tan apartado de la realidad, debido a su liga con la imaginería y las representaciones virtuales del ciberespacio. Nada menos ficticio que una guerra, ya no como las que se libran con armas de fuego por el rescate de territorios geográficos, sino por la intangible y aparentemente irreal dimensión de la cultura que nos pertenece y que hoy, se halla en gravísimo peligro de ser hibridizada, banalizada, manchada por el Espanglish y, como siguiente paso, aniquilada por el English…
Mientras que los Estados conquistan o defienden hasta con las armas lo que ven “real”, por ejemplo sus derechos, los gobiernos y los ciudadanos no logran salir de su miopía que les impide ver la realidad, nada ficticia, que representa la derrota de su idioma.
No se trata de una quijotada, de un llamado a combatir fantasmas, de una lucha sólo simbólica o pedagógica que deba librarse dentro de los límites de las aulas. ¡No!, la convocatoria que desde Costa Rica hace Sergio Román Armendáriz (http://www.sergioroman.com/) a que autoridades y ciudadanos apoyen la fundación de la Asociación de Usuarias y Usuarios del Idioma Español, como se hace en otras partes de Latinoamérica y de España, es urgente y de trascendental importancia.
¿O usted se quedaría tan tranquila o tranquilo si unos ladrones se apoderaran de su casa y la, o lo, echaran a la calle?... Me parece que aunque hay una creciente cantidad de personas que han ido perdiendo su propia dignidad y desentendiéndose de su despersonalización y sometimiento, más es la gente que quiere luchar por sus valores pero que, talvez, no encuentra el cómo.
He aquí la gran oportunidad de defender La Mancha de la mancha, o de los nuevos molinos de viento, tan reales y simbólicos como el propio idioma, la propia cultura, la propia patria, la propia familia, la propia persona… sin derramar —hasta donde sea posible y sobre el sudor del esfuerzo— una sola gota de sangre. Hablar o callar, vivir o morir, Costa Rica o Rich Coast, esa es la cuestión que podría plantear, hoy, don Quijote a Hamlet.
¿O usted se quedaría tan tranquila o tranquilo si unos ladrones se apoderaran de su casa y la, o lo, echaran a la calle?... Me parece que aunque hay una creciente cantidad de personas que han ido perdiendo su propia dignidad y desentendiéndose de su despersonalización y sometimiento, más es la gente que quiere luchar por sus valores pero que, talvez, no encuentra el cómo.
He aquí la gran oportunidad de defender La Mancha de la mancha, o de los nuevos molinos de viento, tan reales y simbólicos como el propio idioma, la propia cultura, la propia patria, la propia familia, la propia persona… sin derramar —hasta donde sea posible y sobre el sudor del esfuerzo— una sola gota de sangre. Hablar o callar, vivir o morir, Costa Rica o Rich Coast, esa es la cuestión que podría plantear, hoy, don Quijote a Hamlet.