por Javier OTK
Narra un telecomentarista español, probablemente gallego, que el Tratado de Lisboa ha quedado atascado. La Unión Europea ha aceptado retocarlo para proteger toda la zona del euro que estuvo a punto de sucumbir en mayo arrastrada por el colosal agujero de las finanzas griegas.
La idea es que ese tratado se haga compatible con la estricta cláusula de "no corresponsabilidad financiera" para que ningún miembro de la zona tenga que hacerse cargo de las deudas del vecino: la moneda es de todos, pero las deudas, de cada uno.
Se busca un mecanismo que apoye a los países que tengan problemas financieros, pero con la condición de que paguen una pena a causa de haber caído en crisis. La pena sería ejemplar: perder el apoyo financiero.