por Javier Oteka
Hoy en día los productores, dizque en representación del resto de los creadores, artistas y técnicos, son quienes obtienen el mayor beneficio de los fondos y estímulos a cargo del IMCINE.
Los guionistas, pésima y sectariamente representados por la SOGEM y el STPC, son quienes reciben el peor pago por hora trabajada, y sin embargo sus guiones son la base de la que depende el éxito o el fracaso de las películas.
Hoy son ellos, en la mayoría de los casos sin el apoyo público ni privado, quienes arriesgan muchas horas de su trabajo en la creación de guiones y de cuya inversión se aprovechan los productores. La mayoría de ellos no invierte en el trabajo del guionista, sólo toman a consignación sus obras que presentan como suyas (cedidas) en las carpetas de producción, mediante contratos leoninos que registran en el INDAUTOR y que pagan, siempre y cuando el proyecto resulte apoyado por los fondos del Estado.
¿Qué hacer para mejorar las condiciones de los guionistas?
El IMCINE debe asumir la tarea de modificar las reglas de operación de sus fondos de modo que, previo a la presentación de carpetas, se diseñe una etapa de presentación de guiones. Los guiones que reciban el visto bueno de los grupos de evaluación, contarían con el sello que los productores requerirían para que los guiones presentados en sus carpetas tengan la preaprobación.
Una de las ventajas de esta mecánica, sería dotar a los guionistas de un 'plus' para que puedan vender sus guiones a los productores en mejores condiciones. De lo contrario, la clase política a cargo del cine, seguirá actuando como cómplice de los hambreadores.
El director del IMCINE, productor de oficio y mañoso, debe desterrar el paradigma de la "representación" absolutista que los productores tienen del resto de la comunidad, tal como lo declaró en esta entrevista concedida, a principios del 2013, a Julián Andrade, hoy vocero oficial del gobierno de Miguel Ángel Mancera. (Duración: 54 segs.)
Los productores, pese a esa graciosa representación que les ha sido concedida por el gobierno neoliberal y benefactor, durante los últimos años no han sabido ni podido crear industria, sino sólo regentear apoyos y estímulos para aprovecharlos como maquiladores del IMCINE, cobrarse a lo chino luego de 'mocharse', y prestarse como capataces del maiceo.
¿Cómo entonces el director del IMCINE sigue confiando en que los productores, especialmente sus protegidos de la AMPI, sean su principal interlocutor y agente?