Al final de cada serie de artículos, da click sobre "Entradas antiguas" para acceder a la siguiente serie.

sábado, 2 de julio de 2016

PERDIDOS EN FALSOS DILEMAS

por Javier Oteka

Cineastas con pensamiento tecnocrático o mágico, con formación reduccionista que han recibido de las múltiples escuelas de cine que pululan en el país, viven desesperanzados de encontrar espacios de exhibición en salas de cine, y depositan su confianza ciega en una salvación mesiánica de la tecnología del streaming en las plataformas de Internet.

No terminan de comprender que la solución no es el canal o la ventana para acceder al público; pues ya sea que opten por una u otra, deberán solucionar un problema multifactorial que sólo por la vía del "cine-marketing" pueden resolver.

Llegar al público meta y conectar con él, es el propósito que debería tener todo hacedor de películas. Pero las escuelas, sobre todo en México, sólo enseñan una parte del proceso. Su currícula no incluye, cuando menos, los 4 pasos básicos de la mercadotecnia, los que se conocen como las 4 P's: Producto, Precio, Plaza y Promoción.

Ya sea comercial o de autor (cultural o artística), toda película, como cualquier otro producto (obra) o servicio, tiene el propósito de llegar a su público meta y conectar con él, satisfacerlo. Y ello requiere de un proceso que brinde solución a esos cuatro factores, ó 4 P's.

Pensar que Neflix o Blim, o cualquier otra plataforma digital de Internet, va a proporcionar la solución total al problema, es como creer que es real la magia de Harry Potter.

¿Cuántas películas están incluidas en los múltiples catálogos de las plataformas de streaming?

¡Miles y miles!

¿Y el hecho de estar ahí presentes, les ha resuelto a todas su problema de llegar y conectar con su público meta?

¡No, claro que no!

¿El que algunas se exhiban gratis debido subsidios del Estado, les ha solucionado el problema de precio?

¡No, por supuesto que no! Por ejemplo, las películas de Arturo Ripstein que se exhiben en FilminLatino, ni gratis las ha querido ver un amplio sector de suscriptores de esa plataforma oficialista. 

Si las películas que ahí se almacenan, por ejemplo, no tienen promoción ni se han posicionado adecuadamente en la mente del público, lo más probable es que no sean seleccionadas, ni compradas, ni vistas.

Los inversionistas, ya sean públicos o privados, mientras no le apuesten a la promoción tanto como lo hacen con la producción, estarán condenados ya no digamos a la ausencia de retornos, sino a no lograr el propósito de llegar y conectar con sus públicos meta.

Esto no sólo debe aplicarse a las ventanas de streaming, sino también a la exhibición en salas. 


Los funcionarios del Estado, que es el principal inversionista en la producción de cine mexicano, actúan con negligencia al gloriarse del crecimiento de la cantidad de películas que, por no invertir en su promoción, terminan, como denunció Paul Leduc, en la invisibilidad.


No sólo servidores públicos, sino personajes de la iniciativa privada, parecen creer en la magia del brujito Potter.

Ejemplo de ello es la declaración del recién arielado guionista y director de "Las Elegidas", David Pablos:
  
http://www.cronica.com.mx/notas/2016/970209.html

Desilusionado de los exhibidores de cine en salas, Pablos decía confiar en Netflix como una mejor opción de distribución para el cine mexicano. Lo que yo no termino de comprender, es que teniendo a Videocine o a ellos mismos como distribuidores, tanto ellos como su productor Pablo Cruz, hayan convenido  lanzar la película con sólo 14 copias. Imposible que, así, las cuentas salgan.