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domingo, 11 de noviembre de 2012

EL LADO OSCURO DE LA INDUSTRIA DEL CINE EN MÉXICO. Parte 1.

por Javier O.T.K.

Los Indicadores de Gestión y Evaluación que establecen las Reglas de Operación de Fidecine, obligan a los responsables del fideicomiso a reportar indicadores de la inversión y de los ingresos recuperados por FIDECINE por película apoyada para producción y, por otro lado, para distribución.

A fin de que Fidecine garantice un eficaz cumplimiento de la parte del indicador relativa a los ingresos recuperados por película, no debería bastar con que reporte lo que a su vez le reportan los sujetos de apoyo, ni tampoco bastaría con que la autoridad que evalúa al Fidecine tenga acceso a los reportes que vende Rentrack relativos a los ingresos brutos que en taquilla arrojan las películas que se exhiben tanto en México como en el extranjero.

De hecho, en su Anuario Estadístico 2011, el Imcine menciona a Rentrack como fuente de una considerable cantidad de sus datos. Sin embargo, esa información no es suficiente para tener un parámetro con el cual cruzar el indicador de gestión y evaluación mencionado porque, como ya dije, Rentrack informa sobre ingresos brutos y lo que se requiere saber son los ingresos netos, los ingresos que reciben los productores al final de la cadena y de los cuales deben participar a sus coproductores, incluyendo al Fidecine.

Un indicador de los ingresos netos que los productores, sujetos de apoyo, obtienen de la explotación de las películas financiadas con recursos del Estado, revelaría realmente la situación estructural de la industria del cine. 

Lo que quisiera saber es ¿cómo se evalúa al Fidecine en cuanto a que si los ingresos que declara haber recuperado por película apoyada para producción, en efecto corresponden a la cantidad justa que debería recibir en función de los ingresos netos que realmente obtiene el productor, tanto en México como en el exterior? ¿Basta con lo que el productor reporta a Fidecine? ¿Todos los productores son confiables? ¿Y si lo son, para qué los auditan? ¿Y si los auditan, por qué no se les investiga a fondo? ¿O por qué, cuando se les investiga a fondo, las autoridades no quieren transparentar sus cuentas que en gran medida corresponden a recursos públicos?

En su Anuario Estadístico 2011, el Imcine informa que a lo largo de ese año las películas estadounidenses exhibidas en México ingresaron en taquilla la cantidad bruta de $8,743,424,000.00 (ocho mil setecientos cuarenta y tres millones cuatrocientos veinticuatro mil pesos) que representaron el 90% del total de los ingresos en salas de exhibición. Pero el Imcine asegura desconocer la partida correspondiente de la balanza comercial; es decir, lo que el cine mexicano ingresa en las pantallas de los Estados Unidos. ¿Por qué el Imcine declara no tener esa información? ¿Cómo puede entonces la autoridad que evalúa al Fidecine garantizar que el mencionado indicador de gestión y evaluación es una herramienta eficaz? Se supone que Rentrack podría darle esa información a nivel internacional. ¿Por qué Fidecine no la compra ni la obtiene del Imcine?

Los datos que publica la Secretaría de Economía en cuanto a la balanza comercial entre las industrias cinematográficas mexicana y estadounidense, son confusos en el sentido de que no describen si se refieren a películas en general y si, además de las que se exhiben en salas cinematográficas, también incluyen las que se transmiten por televisión y otras ventanas. No obstante, aunque la balanza se muestra con un alarmante signo negativo para nuestro país, nuestras exportaciones de películas parecen muy superiores a lo que declara el Imcine respecto a la cantidad de cine mexicano que se exhibe en México.

En el mismo Anuario 2011, el Imcine afirma que las películas mexicanas ingresaron a las taquillas la cantidad de $612,949,000.00 que representa el 6.3% de los ingresos totales de los cines en el país.

Pero, por otro lado, la Secretaría de Economía en su respuesta a mi solicitud por la vía del Ifai con número de folio 0001000130912, me informa que en el 2011 las exportaciones de películas mexicanas a los Estados Unidos, en todos sus formatos, representaron $284,336,179 U.S.D., que si convertimos a pesos mexicanos, a una tasa de $13 por dólar, nos arroja la cantidad de $3,696,370,327.00, que equivale a seis veces lo que el Imcine reporta en cuanto a exhibición de películas mexicanas en México durante el 2011. ¡SEIS VECES!

De esas cantidades millonarias que supuestamente se exportan, ¿los productores le han participado algo al Imcine y a sus fideicomisos? ¿Podrá el Imcine seguir justificándose con el endeble argumento de que, como no la genera, desconoce la información del Box Office, tanto nacional como internacional?

Gerardo Laveaga Rendón, comisionado del Ifai que llevó al Pleno la respuesta a mi solicitud de información sobre los ingresos de la película "Arráncame la Vida", logró que el Pleno instruyera al Imcine a informarme sobre los ingresos que generó dicha película, información que el Imcine había estado negando. Debo decir que eso ya es un gran avance en materia de transparencia. Este fallo fue ampliamente difundido por la prensa nacional. Lamentablemente, quizá por falta de información relativa a la industria cinematográfica, esta instrucción que el Pleno del Ifai dirigió al Imcine para que revele los ingresos que obtuvo “Arráncame la Vida”, equivale a ordenar a un usuario de telefonía fija que revele su número que ya aparece en la sección blanca del directorio. Al Ifai le faltó precisar que el Imcine informe sobre los ingresos netos.

No basta con conocer los ingresos brutos generados, sino que el Imcine y sus fideicomisos deberían estar obligados a informarse y a transparentar los ingresos netos de los productores, a fin de poder garantizar que las recuperaciones que se logren de los recursos públicos invertidos, correspondan a lo exigido por las leyes, reglamentos y contratos.

Por otro lado, la propia Secretaría de Hacienda suele justificar la clasificación y reserva de información relativa a las cuentas de las películas que Eficine apoya, con el argumento del secreto fiscal. ¿Puede seguir sosteniéndose ese argumento con los recursos públicos que se aplican a los proyectos de inversión?

De no modificarse esta práctica, las inversiones de recursos públicos en el negocio del cine, seguirán considerándose como paraísos para la corrupción y la impunidad, manteniéndose con ello la puerta abierta para el lavado de dinero. 

* * *

En la 2ª Parte presentaré pruebas que permiten fundamentar la hipótesis del mecanismo utilizado por el Gobierno de Felipe Calderón, operado desde Conaculta, para financiar las multimillonarias películas que fueron asignadas en forma directa, violentando así, mediante la discriminación, las garantías y los derechos de la mayoría de los cineastas mexicanos.