por Javier OTK
Enrique Krauze, en su artículo “Los motivos del lobo” publicado el 17 de abril de 2011 en los periódicos El Norte y Reforma, y en su sección online de Letras Libres, refiriéndose al liderazgo moral asumido por Javier Sicilia a raíz del brutal asesinato de su hijo Juan Francisco, le dedica, entre otras, las siguientes reflexiones:
“Javier Sicilia reencarna hoy, entre nosotros, el alma franciscana, la misma que fundó la espiritualidad de México”.
“Javier Sicilia reencarna hoy, entre nosotros, el alma franciscana, la misma que fundó la espiritualidad de México”.
No me extraña que Krauze, en su egolatría infinita, sólo dé un crédito impersonal al “amigo” que le recordó el poema de Rubén Darío “Los motivos del lobo”, y se “fusile” el concepto franciscano con el que ilustré el homenaje a la revista Conspiratio en su primer aniversario y que publiqué el 6 de agosto de 2010 en el blog de Conspiratio y en mi blog PoliticOteka.
En el improvisado vídeo que realicé para aquel primer aniversario, juego con la conflictiva ley del mal que se le presenta al hombre y que, en la Epístola a los Romanos (7, 14-25), San Pablo sintetiza así: “Queriendo hacer el bien, es el mal el que se me presenta”. Esto lo ilustro con la cornamenta del diablo que acosa al buen franciscano. Y lo contrasto con el espíritu de paz inalterable que Gandhi siempre ha inspirado en Javier Sicilia.
Sin comprender la apelación que Sicilia dirige al resquicio de humanidad, de honor, que subyace en los criminales (bastaría que leyera "El reflejo de lo oscuro" ), no obstante Krauze se atreve a contradecirlo: “Pero el mal que [Sicilia] enfrenta, al que increpa, no es un lobo: es el hombre (lobo sólo del hombre) que puede matar sin motivos…”
Parece que Krauze, el liberal, sigue sin comprender el espíritu franciscano; el Leviatán de Hobbes lo obnubila y lo mantiene anclado a su prédica: “homo homini lupus”.
¿Acaso Krauze, al justificar el uso de los fusiles con su consigna “combate armado a la violencia armada”, permanece atado a aquella lex talionis del ojo por ojo veterotestamentario? Lo que es seguro, es que Javier Sicilia apela a otra ley, la del Amor.
No obstante, Krauze reconoce: “Algunos pensarán que el llamado de Javier Sicilia es ingenuo. Yo no. Creo que no hay una vía única para combatir la violencia. Creo que debe combatirse por varias vías. Y una de ellas es la movilización de las conciencias. A muchas almas buenas conmoverá. A algunas malas almas tocará. A otras, que ni siquiera tienen conciencia de lo que está mal, las alertará. En suma, además del combate armado a la violencia armada, es bueno que Sicilia nos recuerde que la conciencia mexicana puede despertar”.
POST SCRIPTUM – 3 DE MAYO DE 2011 - DÍA DE LA SANTA CRUZ:
Días después de esta publicación, el 3 de mayo de 2011, Antonio Baranda publica en el periódico Reforma su entrevista a Javier Sicilia y retoma sus propias palabras para titularla: «El Estado no controla nada». Escribe: “Como poeta que es, Sicilia habla al corazón de los hombres. Diverge con Thomas Hobbes que ve al hombre como el lobo del hombre y justifica en eso la creación de un Estado que controle. «El problema es que ahora el Estado no controla nada. Si hubiese sido lo que dice Hobbes no estaríamos sentados aquí, hace mucho nos habríamos devorado»”…
Ese mismo día, Enrique Krauze sube a Internet su testimonio en el que rectifica su crítica, reconoce la obra de Javier Sicilia y se solidariza con su movimiento inspirado en el espíritu franciscano.