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sábado, 27 de octubre de 2012

Comentarios y Aportaciones de Javier Ortiz Tirado Kelly a la Iniciativa con proyecto de decreto por el que se reforman el art. 226 de la ley del Impuesto sobre la Renta y diversos artículos de la Ley y el Reglamento Federales de Cinematografía.

Comentarios y Aportaciones de Javier Ortiz Tirado Kelly [i] a la Iniciativa [ii] ...



A LOS SENADORES Y DIPUTADOS DE LA LXII LEGISLATURA DEL CONGRESO DE LA UNIÓN, ESPECIALMENTE A LOS INTEGRANTES DE LAS COMISIONES DE CULTURA, CINEMATOGRAFÍA Y HACIENDA

P r e s e n t e


Fco. Javier Ortiz Tirado Kelly, en mi calidad de ciudadano mexicano, de manera pacífica y respetuosa, invoco el artículo 8 avo. de nuestra Carta Magna relativo al derecho de petición, a fin de que lean, estudien, tomen en consideración y respondan a mis Comentarios y Aportaciones a la Iniciativa con proyecto de decreto por el que se reforman el art. 226 de la ley del Impuesto sobre la Renta y diversos artículos de la Ley y el Reglamento Federales de Cinematografía, que están proponiendo los siguientes senadores y senadoras: Javier Corral Jurado, Marcela Torres Peimbert, Lilia Guadalupe Merodio Reza, Alejandro de Jesús Encinas Rodríguez, Manuel Bartlett Díaz, Ernesto Ruffo Appel, Layda Sansores San Román, Alejandro Tello Cristerna, Ana Gabriela Guevara Espinoza, Luis Fernando Salazar Fernández, Víctor Hermosillo y Celada y Ángel Benjamín Robles Montoya.

Envío en forma adjunta una serie de notas y artículos que he publicado en mi blog http://PoliticOteka.blogspot.com y que exponen críticas serias y ampliamente documentadas sobre la situación actual de la industria cinematográfica en México y las irregularidades que se cometen en las instituciones culturales y cinematográficas que administra el gobierno de México.


A LA COMUNIDAD CINEMATOGRÁFICA:

Colega, si estás de acuerdo con estos planteamientos envía el link y la presente propuesta a todos o a algunos de los senadores que han propuesto esta iniciativa que comento, así como a los senadores y diputados que integran las comisiones de cultura, cinematografía y hacienda de ambas cámaras del Congreso de la Unión, y cuyos nombres aparecen al final de la propuesta.

ALGUNOS DE LOS ERRORES DE LA INICIATIVA DE REFORMA CINEMATOGRÁFICA
  • Elevar a 650 millones los 500 que el Eficine distribuyó durante el sexenio de Calderón, apenas sirve para compensar la inflación.
  • Los 500 millones anuales que Eficine distribuyó, se destinaron únicamente a proyectos de largometraje. Ahora, los 650 millones pretenden incluir cortometrajes, series para televisión e Internet; con lo cual se reducirá el presupuesto que se tenía ya logrado para largometrajes. Aquellos formatos deberían contar con un presupuesto adicional que, en el caso de las series para televisión, deberían compartirlo las televisoras y sus anunciantes.
  • Los 300 millones para distribución y promoción no deben darse a los distribuidores, sino a los productores para que ellos contraten a las distribuidoras y agencias de publicidad, promoción y relaciones públicas que más convengan a sus proyectos.

FUNDAMENTACIÓN:

La aplicación del Tratado de Libre Comercio y de las leyes cinematográficas ha demostrado que quienes más se han beneficiado son los exhibidores, principalmente el duopolio formado por Cinépolis y Cinemex que controla cerca del 90% del mercado, y las ‘majors’ estadounidenses que junto con Videocine y un par de distribuidoras más, solapados y amparados por la carencia de adecuadas políticas públicas y la ineficiencia y corrupción [iii] de las autoridades cinematográficas, han logrado imponer una participación de mercado del 90% para el cine norteamericano, otro 3% para el cine del resto del mundo y máximo un 7% en promedio para el cine mexicano en nuestro propio país.

Atribuir la culpa del fracaso en taquilla del nuevo cine mexicano exclusivamente a la calidad de las películas, es un argumento reduccionista e insostenible. Aunque hay una dosis de razón en ello, los motivos de estancamiento son múltiples y de carácter estructural. Por ejemplo, las telenovelas mexicanas, consideradas como producto audiovisual de entretenimiento que se mercadea tanto en México como en el extranjero, han tenido un éxito formidable. Se han logrado imponer en el gusto de las mayorías, por encima de las series norteamericanas. Sin embargo, por diversas razones obvias, la estructura oligopólica que favorece al cine norteamericano en nuestro país, ha limitado al nuevo cine mexicano su potencial para posicionarse en el lugar que le corresponde en el mercado nacional.   

Los apoyos otorgados a los productores por parte del Eficine, el Imcine, el Fidecine y el Foprocine, sin contar los que discrecionalmente han asignado en forma directa Conaculta y los gobiernos del D.F. y de los estados, han parado en las arcas de los exhibidores y, en una parte menor, en las de los distribuidores, porque es sabido que en su gran mayoría los productores no han recuperado su inversión.

Los apoyos que otorga el Eficine-226, si bien han sido fundamentales para detonar la producción, no han contribuido, por carencias en su normatividad e irregularidades en su aplicación, a consolidar suficientes empresas de producción cinematográfica, con una actividad continua y creciente. Por el contrario, han empoderado aún más a los contribuyentes aportantes a quienes el Estado les ha concedido graciosamente la facultad de decidir qué se filma y qué no. Tal es el caso, por ejemplo, de las empresas Inbursa y Televisa a las que durante este sexenio el Eficine les autorizó aportar, a las películas que ellos mismos controlan, en forma directa o a través de sus partes relacionadas, recursos fiscales por alrededor de 330 millones de pesos. [iv]

La comprensión que prevalece de la industria cinematográfica y de las funciones que deberían corresponder a sus tres sectores principales: el de la producción, el de la distribución y el de la exhibición, ha resultado de una visión distorsionada y manipuladora de la lógica elemental de los procesos de industrialización y comercialización. En todo el mundo y en prácticamente todos los giros mercantiles, el principal responsable de la manufactura o fabricación, y de la comercialización de su producto, es el productor. De su naturaleza y experiencia emprendedora surgen las decisiones que llevan su producción al éxito o al fracaso.

Sin embargo, en el caso que nos ocupa, siguiéndose una lógica semejante a la que permitió construir la Ley Televisa, al productor de cine pretende mutilársele de sus funciones naturales decisivas, trasladándoselas erróneamente al distribuidor y, lo peor del asunto, es que ahora se pretende otorgar el apoyo para la promoción al distribuidor, para que así incremente su cuota de poder y fortalezca sus prácticas de control despótico sobre el productor y que éste no pueda llegar a competir contra las películas cuyos estudios deciden sus propias estrategias mercadológicas. Asimismo lo hace Televisa con toda su producción, pues ellos controlan la distribución y la transmisión, en el caso de los productos radiales y televisivos, y también lo hacen con el cine. Nada menos, el principal accionista de Cinemex es miembro del consejo de administración de Televisa.

La realidad nos señala que los distribuidores no han mostrado interés ni capacidad para apoyar e invertir lo que verdaderamente se requiere para promover y comercializar las películas. Exigen ganar lo mismo, pero invertir mucho menos y recuperarlo antes que el productor, que es el primero en invertir y el último en recuperar su inversión. Además, por si fuera poco, los distribuidores en México no comparten los riesgos, las obligaciones y derechos como lo harían los socios, sino que se contratan como agentes.

La forma de corregir esta distorsión, es empoderar al productor, convertirlo en un verdadero empresario y no en una especie de aventurero que navega, de película en película, en un mar de incertidumbre y nula estabilidad. Es vital apoyarlo para que pueda hacerse responsable de su producto desde el principio hasta el final de la cadena. El apoyo para la promoción y comercialización debe otorgarse no al distribuidor, sino al productor, para que contrate a las empresas asesora, publicitaria, de relaciones públicas y de logística de distribución que más le convengan y le garanticen que su producto va a llegar a buen puerto.


PROPUESTAS:

1.- 650 millones es poco apoyo, apenas y compensan la inflación. Si en verdad se quiere apoyar a la industria, deben pedirse cuando menos 1,080 millones que equivaldrían a un mínimo de 36 películas apoyadas con un máximo 30 millones cada una.

2.- Si esos 650 ó 1,080 millones son para la producción, en el Comité Ejecutivo no deberían participar distribuidores ni exhibidores, sino sólo representantes de los diversos subsectores de la producción, incluyendo una representación sindical no restringida al STPC (ya que la Ley está viciada de origen), sino que dé cabida a la participación rotativa de todos los sindicatos. Y en cuanto a la representación de productores, no restringir la participación a la CANACINE, sino a todas las asociaciones y grupos representativos de los productores.  En todo caso, la participación de exhibidores y distribuidores en el Comité Ejecutivo podría ser en calidad de asesores, con voz pero sin voto.

Si los distribuidores y exhibidores no admiten injerencias de productores en sus negocios, tampoco debe restringirse y controlarse al productor con la injerencia de los exhibidores y distribuidores en sus proyectos.

Además, los productores que absorben el costo publicitario, contribuyen a generar el tráfico de público que asiste a las salas y, sin embargo, los exhibidores no participan a los productores del producto de la venta de comida, golosinas, bebidas y otros productos.

La participación de distribuidores y exhibidores, por ejemplo en Fidecine, no ha demostrado eficacia sino todo lo contrario. No han abierto generosamente la puerta a la distribución y exhibición de los filmes que han aprobado. Tampoco han demostrado aptitud para pronosticar la viabilidad comercial de las películas, lo cual es condición sine qua non de Fidecine. En sus diez años de vida, este fideicomiso sólo ha recuperado alrededor del 11 (once) por ciento de la inversión que ha hecho en alrededor de 140 películas.

3.- Los 300 millones que la iniciativa propone destinar para promoción y distribución, deben asignarse a los sujetos de apoyo productores de las películas, para ejercerlos a través de la distribuidora y agencias de promoción, publicidad y relaciones públicas que les convengan, y no al revés, dándole el poder a los distribuidores para decidir cuáles películas toman y cuáles no.

En todas las ramas de la producción y manufactura de diversos productos, es el productor o fabricante quien se encarga de decidir sobre la mercadotecnia de su producto, aunque contrate asesores y agencias de marketing y publicidad que se pongan a su servicio. Lo contrario contraviene a la lógica industrial y no desarrolla empresarialmente al productor.

Además, 2 millones por película es insuficiente; no hay proporción, pues si los 650 millones alcanzan para 21 películas de 30 millones, los 300 millones para promoción y distribución alcanzarían para 150 películas, muchas más de las que se producen al año. En todo caso, deberían ser 10 a 15 millones para promoción y distribución por película.

Oscuros pero obvios intereses se han encargado de que prevalezca la idea de que las películas mexicanas deben costar menos, tanto en su producción como en su comercialización, para que puedan recuperarse. Eso es una falacia, pues eso significa nulificar o por lo menos disminuir su capacidad para competir, a nivel nacional e internacional, contra películas mucho más caras y con más promoción.

4.- Además, Eficine no debe seguir desintegrado de los otros fondos. Para el productor sería más conveniente contar con una ventanilla única para tramitar sus apoyos. Esa ventanilla única, con presencia a nivel nacional, debe ser administrada por el Imcine, y que incluya a todos los fondos y apoyos destinados a la producción, y no permitirle a Conaculta ni a los gobiernos del D.F., ni de los estados, que asignen recursos en forma directa y sin cumplir las reglas de operación de los fondos.  Seguir permitiendo esas facultades discrecionales es antidemocrático.

5.- En resumen, si se piden 1,080 millones para un mínimo 36 películas anuales de un máximo de 30 millones que les aporte Eficine, deben pedirse por lo menos 12 millones por película para la comercialización integral; es decir 432 millones, en vez de 300.

6.- Entre el año 2007 y el 2012, las declinaciones de los contribuyentes y las cancelaciones de proyectos, dieron como resultado que el Eficine dejara de ejercer más de 150 millones de pesos que no se acumularon a los ejercicios subsecuentes, según responde la Secretaría de Hacienda y Crédito Público a la solicitud de información al IFAI No. 0000600148212 del 10 de septiembre de 2012. Debe legislarse para que las declinaciones y cancelaciones, se agreguen al fondo del siguiente ejercicio.

7.- Según responde la Secretaría de Hacienda a la solicitud de información al IFAI con No. 0000600183912 del 15 de octubre de 2012:

El artículo 226 de la LISR o las Reglas Generales para la Aplicación del Estímulo Fiscal a Proyectos de Inversión en la Producción Cinematográfica Nacional emitidas por el Comité Interinstitucional, no hacen referencia a algún tipo de contrato que deban celebrar el Eficine-226, los sujetos de apoyo y los contribuyentes aportantes en los que se estipulen los derechos y obligaciones de las partes, respecto a los montos y fechas de entrega de las ministraciones, las obligaciones y derechos en cuanto a las integraciones publicitarias en la película (placements), a los porcentajes de repartición de los ingresos que por explotación comercial obtenga la película.

El EFICINE es un estímulo fiscal a proyectos de inversión en la producción cinematográfica nacional regulado por el artículo 226 de la LISR que a la letra señala:

… se otorga un estímulo fiscal a los contribuyentes del impuesto sobre la renta consistente en aplicar un crédito fiscal equivalente al monto que, en el ejercicio fiscal de que se trate, aporten a proyectos de inversión en la producción cinematográfica nacional, contra el impuesto sobre la renta que tengan a su cargo en el ejercicio en el que se determine el crédito.

El beneficio fiscal que se otorga a los contribuyentes aportantes no constituye la entrega de recurso monetario alguno por parte del Comité, ya que de conformidad con el artículo 226 de la LISR, dicho Comité está facultado únicamente para autorizar al contribuyente aportante la posibilidad de disminuir, de su impuesto sobre la renta, el monto del estímulo fiscal, equivalente a la aportación realizada al Proyecto de Inversión en la Producción Cinematográfica Nacional (lo que implica un acreditamiento contra el ISR en sus pagos provisionales o del ejercicio).

Como resultado de lo señalado previamente, el Comité no celebra ningún contrato con los contribuyentes aportantes beneficiarios del estímulo fiscal, por lo que con fundamento en lo establecido en el artículo 46 de la LFTAIPG se declara la inexistencia de contratos entre el Comité y los contribuyentes aportantes beneficiarios del estímulo fiscal”.

Esta norma no corresponde a la práctica, pues el hecho es que varios de los contribuyentes aportantes sí exigen a los sujetos de apoyo, mediante pactos o convenios, determinados beneficios a cambio de la aportación de sus recursos fiscales. Y, en algunos casos, estas exigencias por parte de los contribuyentes aportantes llegan al extremo de privar al sujeto de apoyo de tener participación en la recuperación y capitalización de dicha aportación, en caso de que la película tenga éxito y obtenga ingresos netos en taquilla o en otras ventanas.

La carencia de normativa al respecto facilita el abuso de algunos contribuyentes aportantes que se han percatado de que muchos productores, con tal de ver realizada su película, están dispuestos a cederle al contribuyente aportante el cien por ciento de los beneficios económicos que su participación represente en el reparto de los ingresos netos que genere la película.

Por ello, sería recomendable que la Ley establezca la norma de que ningún contribuyente aportante podrá exigir al sujeto de apoyo más del 50 por ciento de lo que porcentualmente represente su aportación en el presupuesto final de la película.

El placement se considerará un beneficio en especie que el contribuyente podrá obtener de la película y se contabilizará e incluirá como parte de ese porcentaje máximo de retorno para el contribuyente aportante, que en ningún caso podrá exceder del 50 por ciento.

8.- El presupuesto de 650 ó 1,080 millones de pesos para producción, no debe incluir series para TV ni otro tipo de programas, ni tampoco cortometrajes. Para este tipo de productos es necesario pedir un presupuesto adicional, porque de lo contrario, el apoyo al cine de largometraje se vería mermado y la realización de esos otros productos muy importantes también estaría muy limitada, como limitada y restringida se ha visto la participación de las nuevas generaciones a causa de las reglas y lineamientos operativos de los fondos.

9.- Las sesiones que celebre el Comité Ejecutivo de Eficine, así como las que celebren los comités del Imcine, el Foprocine y el Fidecine, deben estar abiertas a un número determinado de observadores ciudadanos, preferentemente miembros de la comunidad cinematográfica, que garanticen una mayor transparencia a la toma de las decisiones. Con el mismo fundamento que hace exigible a los funcionarios públicos que transparenten sus declaraciones patrimoniales, la contabilidad de los proyectos cinematográficos que se realicen con fondos públicos debe transparentarse, pues el que hoy se permita clasificar como reservada esa información facilita el manejo irregular de los recursos públicos.


10.- El inmenso negocio que el duopolio de Cinépolis y Cinemex ha generado en México, gracias a la protección del Estado, debe ser regulado en orden a lograr un mejor equilibrio entre los sectores de la industria. Por ejemplo, en Brasil, a Cinépolis se le exigen tiempos en pantalla y salas exclusivas para la exhibición del cine brasileño… y aún así, es negocio para esta empresa que gracias al capital logrado en México, ha emprendido su globalización. Ya es hora de que a los exhibidores se les regule en orden a permitir la consolidación de un cine mexicano que tenga la oportunidad de capitalizarse en nuestro territorio, y expandir su potencial a nivel global, comunicando al mundo nuestro arte, nuestra cultura y nuestro idioma.





[i] Javier Ortiz Tirado Kelly (Oteka) es experto en cinematografía y en mercadotecnia, graduado por el Centro Universitario de Estudios Cinematográficos de la UNAM (CUEC) y con experiencia laboral de cuarenta años.

[ii] La iniciativa se refiere a la que propone el grupo de senadores de la República para la LXII Legislatura del Congreso de la Unión integrado por: Javier Corral Jurado, Marcela Torres Peimbert, Lilia Guadalupe Merodio Reza, Alejandro de Jesús Encinas Rodríguez, Manuel Bartlett Díaz, Ernesto Ruffo Appel, Layda Sansores San Román, Alejandro Tello Cristerna, Ana Gabriela Guevara Espinoza, Luis Fernando Salazar Fernández, Víctor Hermosillo y Celada y Ángel Benjamín Robles Montoya.

[iii] Algunas de las prácticas de corrupción y las irregularidades que se cometen en el Imcine y los fideicomisos que éste instituto administra total o parcialmente, como es el caso de Foprocine, Fidecine y Eficine, han sido documentadas en el blog PoliticOteka.blogspot.com.

[iv] Este dato fue proporcionado por la Secretaría de Hacienda y Crédito Público en su respuesta a la solicitud de información ante el IFAI con No. 0000600185012

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LXII LEGISLATURA DEL SENADO DE LA REPÚBLICA

SENADORES DE LA INICIATIVA DE REFORMA CINEMATOGRÁFICA

SEN. JAVIER CORRAL JURADO

SEN MARÍA MARCELA TORRES PEIMBERT

SEN. LILIA GUADALUPE MERODIO REZA

SEN. ALEJANDRO DE JESÚS ENCINAS RODRÍGUEZ

SEN. MANUEL BARTLETT DÍAZ

SEN. ERNESTO RUFFO APPEL

SEN. LAYDA SANSORES SAN ROMÁN

SEN. ALEJANDRO TELLO CRISTERNA

SEN. ANA GABRIELA GUEVARA ESPINOZA

SEN. LUIS FERNANDO SALAZAR FERNÁNDEZ

SEN. VÍCTOR HERMOSILLO Y CELADA

SEN. ÁNGEL BENJAMÍN ROBLES MONTOYA




COMISIÓN DE CULTURA DEL SENADO DE LA REPÚBLICA

SEN. BLANCA MARÍA DEL SOCORRO ALCALÁ RUIZ

SEN. JAVIER LOZANO ALARCÓN

SEN. VÍCTOR MANUEL CAMACHO SOLÍS

SEN. DANIEL AMADOR GAXIOLA

SEN MARÍA MARCELA TORRES PEIMBERT



COMISIÓN DE RADIO TELEVISIÓN Y CINEMATOGRAFÍA

SEN. MARÍA ALEJANDRA BARRALES MAGDALENO

SEN. ITZEL SARAHÍ RÍOS DE LA MORA

SEN. JORGE LUIS PRECIADO RODRÍGUEZ

SEN. GABRIELA CUEVAS BARRÓN

SEN. ZOÉ ROBLEDO ABURTO

SEN. MARCO ANTONIO BLÁSQUEZ SALINAS



COMISIÓN DE HACIENDA Y CRÉDITO PÚBLICO

SEN. JOSÉ FRANCISCO YUNES ZORRILLA

SEN. CARLOS MENDOZA DAVIS

SEN. ARMANDO RÍOS PITER

SEN. MARIO DELGADO CARRILLO



LXII LEGISLATURA DE LA CÁMARA DE DIPUTADOS 

COMISIÓN DE CULTURA Y CINEMATOGRAFÍA 

Dip. Margarita Saldaña Hernández

Dip. Luis Armando Córdova Díaz

Dip. Irma Elizondo Ramírez

Dip. Eligio Cuitláhuac González Farias

Dip. Aurora Denisse Ugalde Alegría

Dip. Raquel Jiménez Cerrillo

Dip. Hugo Jarquín

Dip. Roberto López González

Dip. Bárbara Gabriela Romo Fonseca

Dip. Zuleyma Huidobro González

Dip. Sonia Rincón Chanona

Dip. Claudia Elena Águila Torres

Dip. Alma Jeanny Arroyo Ruíz

Dip. Juana Bonilla Jaime

Dip. Angelina Carreño Mijares

Dip. Frine Soraya Córdova Morán

Dip. Víctor Oswaldo Fuentes Solís

Dip. Blanca Estela Gómez Carmona

Dip. Jorge Herrera Delgado

Dip. Blanca Jiménez Castillo

Dip. Gerardo Francisco Liceaga Arteaga

Dip. José Martín López Cisneros

Dip. María Angélica Magaña Zepeda

Dip. Laura Ximena Martel Cantú

Dip. Roberto Carlos Reyes Gámiz

Dip. Rosa Elia Romero Guzmán

Dip. Hugo Sandoval Martínez

Dip. Luis Alberto Villarreal García

Dip. Martín de Jesús Vásquez Villanueva

Dip. María Beatriz Zavala Peniche