por Javier OTK
Hitler se acercó al Vaticano para pedir a Pío XII que lo apoyara en su guerra de exterminio contra los judíos.
Ahora tú, Felipe, ¡para colmo, por Dios!, aprovechando la ceremonia de beatificación del Papa Juan Pablo II, tan querido en México, te acercas al Papa alemán Ratzinger para invitarlo a México, empleando las mismas dotes de tu paisano michoacano Marcial Maciel, y así creer que vas a engatusarlo con eso de que “lo necesitamos” mucho para pacificar la violencia que tu propia guerra fratricida ha exacerbado.
Es muy probable que tú, Felipe, que te dices católico pero que te has levantado en armas para legitimar tu gobierno y defender intereses privados, nacionales y trasnacionales, seas el primer presidente de México, de los tiempos recientes, a quien un Papa le decline su invitación.
Ahora que si Benedicto XVI decide venir, seguramente no lo hará por ti, y mucho menos para solapar tu guerra, sino por México y por niños y mujeres como tus hijos y como Margarita.
Ahora que si Benedicto XVI decide venir, seguramente no lo hará por ti, y mucho menos para solapar tu guerra, sino por México y por niños y mujeres como tus hijos y como Margarita.
Felipe, con esa forma tuya de pensar, tan cínica, "aiga sido como aiga sido", sería mejor que dejes el discurso del amor al projimo a López Obrador y que, a propósito de la beatificación del Papa Juan Pablo II, vuelvas a reflexionar las palabras de su encíclica Centesimus Annus, con la que celebró el centenario de la Rerum Novarum, de León XIII, primera encíclica de la llamada Doctrina Social Cristiana: “La Iglesia aprecia el sistema de la democracia, en la medida en que asegura la participación de los ciudadanos en las opciones políticas y garantiza a los gobernados la posibilidad de elegir y controlar a sus propios gobernantes, o bien la de sustituirlos oportunamente de manera pacífica. Por esto mismo, no puede favorecer la formación de grupos dirigentes restringidos que, por intereses particulares o por motivos ideológicos, usurpan el poder del Estado”. C.A. 46.
POST SCRIPTUM - 5 DE MAYO:
La paz no puede surgir sin justicia y en la corrupción atroz. Javier Sicilia afirma que "el presidente y los polìticos sólo tienen imaginación para la violencia". Por eso, sin escuchar lo que verdaderamente quiere el pueblo, y en su obstinación, el presidente tirano - maestro histrión del cinismo -, insiste en seguir combatiendo la violencia, sólo con más violencia.
Atender y resolver las causas, es algo que no está en sus planes inmediatos. Quiere dejarlo a largo plazo. Lo que quiere es mantener y redoblar los esfuerzos de su guerra. El narco y la guerra constituyen un inmenso negocio dual que se retroalimenta y produce inauditas ganancias... pero ciertamente no para la Sociedad.
La guerra de Calderón, a semejanza de la que emprendió el junior Bush contra el "eje del mal", está fundamentada en generar terror y un discurso con enfoque maniqueo, de los buenos contra los malos. Desde luego, para él, los malos son "ellos", los criminales. Pero no habla de todos los funcionarios y empleados de su gobierno que están coludidos. Le basta con capturar uno que otro capo de mediano nivel que, al día siguiente, ya fue sustituido. Y el narco sigue y se multiplica al igual que los jóvenes atrapados por este fenómeno de consumo y mercadeo ilegal de las drogas. ¿Cuándo comenzará Calderón a encarcelar a todos los capos que protege y emplea dentro de las instituciones del Estado? ¿Cuando estrangulará las fuentes de inmensa riqueza del crimen organizado, por ejemplo con la legalización - sin privatización- de las drogas?
Ni de buena ni de mala fe, como has acusado Felipe, queremos parar la acción del gobierno. Al contrario. Queremos que el gobierno haga lo que tiene que hacer, y no tirar balas sin ton ni son.
6 DE MAYO - JAVIER SICILIA DEFINE LA POSICIÓN:
CÓMO REPORTAN LA MARCHA POR LA PAZ
PARA TELESUR EN VENEZUELA