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viernes, 20 de mayo de 2011

REVOLUCIÓN .... NO VIOLENCIA

por Javier Sicilia.

Este artículo fue publicado en abril de 1973 por una de nuestras revistas preparatorianas: “Paradoja”, que sólo tuvo el primer número y cuyo tiraje mecanografiado, picado a mano y mimeografiado fue de 350 ejemplares. La acuarela de la portada fue impresa en sepia mediante offset y se debe al pintor y escritor Alejandro Gaxiola. La viñeta de Gandhi corresponde al músico y artista plástico Alejandro Herrera.

El autor de este artículo tenía apenas 17 años.

Con esta publicación también recordamos a los demás colaboradores de esta revista Paradoja: Conrado Tostado, Arturo Bell, Fabio Morábito, Edgar Dávalos, Eduardo Herrera, Roberto Gaxiola, Lucía Morales, Mario de Agüero, Bonifacio Brito y Javier OTK.


La situación de los pueblos formados por el tercer mundo, es carente de libertad.

Ya decía Rousseau: "En tanto que un pueblo está obligado a obedecer y obedece, obra bien; pero si se libera del yugo que lo oprime, obra mejor aún". Ésta es la forma de liberación que deberíamos de ver muchos de los pueblos hoy encadenados no sólo a una democracia de palabra sino también a la fuerza del imperialismo de naciones económicamente más fuertes que van destruyendo poco a poco la mente y la dignidad de muchos.

Pero también sé que para liberarse y no caer nuevamente en acciones deplorables anteriores, hace falta el cambio en el interior del individuo, el cambio que debe de surgir del corazón del pueblo, de dentro del hombre.

Y ya en 1869, nace el hombre que con una revolución interior del espíritu, con sus palabras y su acción, cambia la idiosincrasia de un pueblo, liberándolo del imperialismo que en aquella época se había adueñado del pueblo hindú, su nombre, Mohandas Karamchand Gandhi, el hombre que conoció la miseria de un pueblo oprimido por la violencia, y supo que amar a su pueblo y a su prójimo, implica liberarlo de aquello que lo corrompe para implantar un sistema de justicia basado en el amor; éste es el hombre al cual debemos imitar, el hombre que al grito de no violencia y libertad, dejó como herencia una vivísima semilla que no morirá, y que debe de ser ejemplo de nuestros pueblos desheredados por los sistemas, de algunos de nuestros pueblos del tercer mundo.